
Pasaron los días, semanas y meses. La ansiedad fue creciendo a medida que transcurrió el tiempo y la expectativa se hizo más intensa por estas horas: Manuela Rotundo entrenó hoy por última vez en la pista de la Plaza de Deportes previo a su viaje a Estados Unidos, el segundo día del año.
Hoy en la mañana trabajó con parte del equipo, los entrenadores Julio y Luciana Acosta, llevando adelante distintas tareas. Fue tiempo hasta de saltos, pero no de lanzar la jabalina que tantas satisfacciones le ha dado.
Con la música de fondo, y mientras los compañeros que se preparan de cara a la Corrida de San Fernando le hacían frente al calor en la pista, Manuela trabajó con normalidad.
Claro: fue un día especial. El de despedirse de los compañeros, del abrazo con los entrenadores al cierre del movimiento. Fue el último día entrenando en su lugar, donde sembró los sueños que hoy son realidad.
“MI MEJOR AÑO”
“Fue un gran año. Mi mejor año. Pero lo sentí corto porque fue intenso. El primer semestre se pasó volando: los seis meses parecieron uno solo”, dijo a Chicos las Pelotas, que la acompañó en este último entrenamiento en casa previo al viaje a Estados Unidos.
Ahora, como dijo, “empieza todo de nuevo”. Pero dentro del mejor año de su carrera, reconoció que “el mejor momento fue el Iberoamericano (fue medalla de bronce en mayores)”, y que “haber estado cerca de los Juegos Olímpicos fue una locura” por la seguidilla de competencia que afrontó buscando ese pasaje que fue estando cada vez más cerca pero que se esfumó por muy poco. “Fue bueno para empezar a trabajar fuerte pensando en buscar el pasaje para el próximo”, dijo.
La lanzadora de jabalina que a lo largo de su carrera sumó, entre otros méritos, el oro sudamericano en U15, U18, U20 y U23; que fue oro panamericano en U20 y bronce en el Mundial de la misma categoría; que se dio el lujo de ser bronce en el Iberoamericano absoluto y que ostenta los récords nacionales U18, U20, U23 y de mayores, terminó el entrenamiento y confesó que los sueños están en la valija, pero no había aprontado el resto para viajar a Estados Unidos.
DESTINO: GEORGIA
Manuela se sumará a la Universidad de Georgia, la más grande de ese estado, para seguir con su carrera deportiva y estudiar fisioterapia, carrera que le insumirá cuatro años.
“Tengo muchas ganas de irme”, confesó. Y anunció que el 6 de enero ya comenzará con las clases, en pleno invierno.
“Tengo mucha expectativa. Me voy becada en principio por todo lo que cubre la carrera, pero después podés hacer algún posgrado y quedarte”, contó.
Pero más allá del cambio, nada es nuevo para Rotundo, dado que tuvo hace algunos meses la visita a la Universidad junto a su madre. Y repasó lo que encontró, especialmente apuntando a lo deportivo.
“Cuando fui en la visita oficial conocimos entrenadores y al equipo de atletismo. Hay como cinco entrenadores, y trabajan en conjunto como acá. El entrenador de pista y el de gimnasio trabajan en equipo”, remarcó.
Pero se sorprendió “con la parte de recuperación: tenés un vestuario gigante con sillones, playstation y todas esas cosas para relajarse, y trabajando a la vez a seis fisioterapeutas. Creo que eso es lo que más me va a cambiar. Y está todo ahí, cerca: donde vivir, el gimnasio, donde entrenar, la pista, la universidad…”.
PRIMER OBJETIVO MUNDIAL
Igual, Manuela andará por Uruguay en abril. El primer objetivo del año es la clasificación al Mundial, a desarrollarse en setiembre, y hay que comenzar a sumar puntos.
“Arranca todo de nuevo pensando en la clasificación. Allá hay lógicamente competencias universitarias, pero vendré en principio para el Nacional de mayores, que se disputará los días 12 y 13 de abril, ya que suma buena cantidad de puntos. Está el último fin de semana de ese mes el Sudamericano de Mayores en Argentina, luego el Panamericano Junior… Pero veré cómo se encara todo, porque allá también hay competencias que suman”, adelantó.
Y después fue tiempo de despedida. De sacar la foto de quienes participaron en este último entrenamiento del año, el último para Manuela por estos lados. Y el abrazo con los entrenadores.
“Dejo un montón de cosas acá. La familia, el grupo de entrenamiento… La pista, porque desde que está nueva estoy entrenando. Desde que comencé en el atletismo estoy con el mismo equipo, y tengo que dejarlo. Pero es para mejorar. Creo que va a ser un tremendo cambio para bien, y hay que probar y experimentar”, dijo antes de volver a casa, planificar los últimos días en Paysandú y terminar de armar las valijas, donde los sueños tienen su lugar hace rato.