
Los Teros 7 dieron la vuelta a casa luego de disputar la tercera etapa del Circuito Mundial de Seven, en la australiana Perth, y los sanduceros Dante Soto y Guillermo Lijtenstein hicieron un balance positivo de lo que fue el octavo puesto, pero especialmente de esas dos victorias sorprendentes ante Fiji y Nueva Zelanda, logradas en la primera jornada de competencias.
Lijtenstein no pudo estar por lesión, pero no dudó en acompañar a la delegación para alentar y cumplir alguna que otra tarea fuera de la cancha.
Soto, en tanto, se dio el gusto de apoyar el primer try celeste ante Fiji, pero una gripe sorpresiva lo alejó de lo que fue la última jornada.
“Fue todo una locura”, resumió a Chicos las Pelotas el juvenil que se afianza en la selección celeste. “La verdad es que en el momento no caímos de lo que se había ganado, pero ya ahora, más en frío, es una locura”, remarcó.
Es cierto: las cosas después no anduvieron como eran de esperar. Pero la explicación del sanducero es lógica: “esos partidos demandaron mucho físicamente y ya al siguiente día estábamos bastante destruidos. El segundo día no estuvimos tan buen desempeño y tampoco la fuerza y presencia mental que requieren estos partidos de alto rendimiento”.
Soto se perdió el partido ante Gran Bretaña, el último del torneo, por una gripe sorpresiva. “El último día estuve todo el día en cama en el hotel, solo, con fiebre. Pero son cosas que pasan”, dijo.
Lijtenstein, en tanto, valoró lo sucedido en aquellos dos primeros partidos en Perth, que sorprendieron al mundo. “Me vine con el equipo y estuve dando una mano en todo lo que pude. Lo que hicieron en esos dos partidos fue histórico, de no creer. De verdad fue soñado. Fue un día histórico para el rugby uruguayo”, dijo uno de los grandes referentes del plantel, a la espera de recuperarse para volver al ruedo.