
El sanducero Sergio Bianchini, nadador de aguas heladas, fue de la partida en una nueva competencia, en este caso en Marruecos. Y contó, en primera persona, cómo vivió esta nueva experiencia.
Chicos las Pelotas te la deja por acá:
“Salí el jueves pasado del Aeropuerto de Ginebra para llegar a Rabat, la capital de Marruecos, tres horas más tarde. Visitamos esta hermosa ciudad cultural, cargada de historia, y al otro día un pequeño ómnibus nos pasó a buscar al hotel para ir a Khènifra, una ciudad ubicada a siete horas de viaje de Rabat.
Es una ciudad poco conocida por los turistas extranjeros, pero que tiene un gran potencial turístico con una naturaleza salvaje y rara en el corazón del Atlas Medio.
Una vez instalados en el hotel, donde se pasa le briefing de la competición, cenamos y al día siguiente salimos para el lugar donde se iba a realizar la competición, a todavía una hora de y a través del tiempo. Así, llegamos al lago Aguelmam Azegza.
La competencia se realizó en una piscina flotante para los nados de 50 y 100 metros, y lago abierto para los de 250, 500 y 1.000 metros, en un agua a 5.7 grados.
Esta competición no se realizó por categorías de edades como en un Campeonato del Mundo, sino por distancias. Eso me sirvió mucho pues me pude medir con nadadores jóvenes pues yo ya estoy con 60 añitos. Pero lo di todo y me encantó.
No tengo los resultados oficiales, pero eso para mí no tiene importancia: lo más grande fue llevar nuestra bandera para Marruecos y desfilar ante las autoridades y la prensa.
Así se terminó mi aventura en Marruecos, y con un buen recuerdo de esta gente formidable llena de amabilidad”.