Uruguay sumó dos nuevos clasificados a los Juegos Olímpicos de París, en este caso los nadadores Leo Nolles y Nicole Frank, en ambos casos por el cupo de universalidad.
En el caso de Frank, batió el récord nacional de los 200 combinados en Bahamas y sumará su segunda participación olímpica, mientras que Nolles se clasificó en los 100 libres.
Pero la pregunta es qué pasa con la natación, que desde hace demasiados años no se tira al agua con expectativa olímpica. ¿Estamos tan lejos que solo llegamos a los Juegos a través del cupo de universalidad?
Sucede en muchos deportes, pero la natación uruguaya supo conseguir el récord olímpico que estableció dos veces la sanducera Ana María Norbis en los 100 metros pecho, llegando a la final en los Juegos de México 1968, y supo vivir lo realizado por Carlitos Scanavino más adelante, logrando que la expectativa por un nadador uruguayo en unos Juegos tuviera toda la atención del país deportivo.
Pero todo fue cambiando. Tanto, que desde hace demasiado ir a unos Juegos es ir a competir con uno mismo, sin que se pueda dar batalla como para aspirar a estar más o menos arriba.
“No se ha perdido nivel: al contrario. Ha crecido porque los récords se han ido bajando, salvo en fondo, por cómo se entrena en Uruguay en cuanto a tiempo, metros y distancia de competencia. Se aplica poco el fondo y es difícil que se llegue a los récords de Carlitos Scanavino”, opinó el entrenador Bruno Zanetti al ser consultado al respecto por Chicos las Pelotas.
Zanetti quiso hacer la salvedad de que “Carlitos fue algo excepcional, así como Milton Wynants en ciclismo. Surge uno cada tanto y coincide en un deporte en el que es bueno, y a su vez reúne condiciones de entorno”.
Puso como ejemplo al riverense Diego “Aranda (17), que tiene unas condiciones espectaculares, mucho potencial y está bajando récords de categoría, cerca de los de primera, lo que a su edad es una bestialidad. Pero tiene que irse del país para foguearse con nadadores de nivel”.
Zanetti explicó que “la natación mundial ha crecido enormemente”, al punto que “antes una marca A la hacían muchos nadadores, después se recurrió a una marca B que ya es difícil de lograr y después aparecen los cupos de universalidad”, con respecto a lo necesario para clasificar a los Juegos.
“Si llegás con marca A vas a estar en las finales, y es muy difícil alcanzar la marca B, incluso para potencias como Brasil, lo que no te garantiza que vas a ir clasificando en la competencia”, sumó.
¿Qué pasa con Uruguay? “Hace tiempo que no llega una marca B. Pero hay que tener en cuenta también que si el país consigue una marca B, pierde los cupos por universalidad. Así que solo iría el nadador que la consiguió, mientras que por universalidad Uruguay define cuáles son sus dos representantes”, ahondó.