Tiene un doble título Latinoamericano. Luce sus dos cinturones con orgullo, uno de MMA y otro de jiu jitsu, porque son producto del sacrificio diario, silencioso y solitario.
Es Víctor Hugo Hércules González. Un Peso Pesado que tiene flor de nombre, al igual que sus sueños. Después de varios años de carrera en silencio, este guerrero decidió irse a Curitiba para formar parte de un campamento con peleadores importantes de la Ultimate Fighting Championship (UFC), soñando con un contrato que lo lleve al más alto nivel. Así que prepara las valijas para ir en búsqueda de su futuro.
¿Por qué MMA? Hércules contó algo de su historia. “Arranqué haciendo sipalki, y siempre supe que el combate me gustaba. Antes el sipalki era muy estricto, y me gusta la disciplina. Sentía esa adrenalina. Me fui formando, y cuando fui encontrando el vale todo, con puño limpio, mi padre me firmó el permiso. Supe que me quería dedicar a eso”.
Después se integró al rugby y al fútbol (“era bueno pero muy calentón”), pero definitivamente las artes marciales mixtas eran su lugar en el mundo. “Cuando me di cuenta de que era bueno en lo que hacía, me sumergí de lleno en esto”, reconoció.
Hoy, con 24 años, Hércules quiere apostar todo a llegar a lo más alto. Recordó que “mi primera pelea profesional en MMA fue a los 17 años, con permiso de mis padres. Fue en Argentina. Y cuando supe lo que quería, que no era solo pelear arriba sino también ir al piso, dejé todo para ir detrás de mi carrera”. Hoy suma poco más de 20 peleas entre el amateurismo y el profesionalismo.
Y todo en base a un sacrificio único. “Me considero especial porque todo lo he aprendido solo, viendo, entrenando en el fondo de mi casa. Siempre mi padre me inculcó todo; tiene una mente muy fuerte y él es mi inspiración. Nunca lo vi rendirse, quejarse. Y es lo que me motivó a ser el hombre que soy. Cuando salgo a pelear, eso sí, soy otra persona: saco lo que no tengo que sacar diariamente”, contó.
Y detalló que “entreno solo, en mi casa. Planteo todo en mi cabeza y lo hago. Es una locura porque no tengo a nadie para que me oriente, un sparring… Pero así me fui formando y haciéndome fuerte de mente”.
Ahora es tiempo de apostar más fuerte. “Defendí uno de los títulos una vez, pero después no me quisieron pelear. Ahora voy a hacer un camp en Brasil, con peleadores de la UFC, profesionales que han peleado al más alto nivel. Tengo mucho que aprender; todo que ganar y nada que perder. Me voy con pasaje de ida y no tengo de vuelta. Hablé con un respetado empresario y me dijo que fuera a probarme, con la posibilidad de tener un contrato pensando en llegar a la UFC. Y le hice una promesa al niño que fui: no voy a fracasar”.
Conocé un poco más de Hércules:



