Luciana Wynants pasa sus últimas semanas en Galicia. La ciclista sanducera, hija del medallista olímpico Milton, abrazó también la pasión por el ciclismo, como no podía ser de otra manera. Y está desde febrero en España, compitiendo por el Kiwi Atlántico Craega.
Hacia Galicia llegó junto a otra sanducera, Paola Silva, que ya está por estos lares. Ambas tuvieron que adaptarse especialmente al cambio de clima y del terreno, según explicó Luciana a Chicos las Pelotas. Hoy se prepara de cara a sus últimas competencias en Europa, antes de volver a Uruguay.
“La semana antes de viajar a Uruguay hubo una ola de calor, entrenamos en esas condiciones pero al llegar a España nos encontramos con frío y lluvia, por lo que costó la adaptación al principio. Nos tocó incluso un par de carreras con mucha lluvia, así que tratamos de hacer lo que mejor se podía”, recordó Wynants sobre los primeros pasos en España, tras haberse impuesto el pasado fin de semana en la carrera disputada en Monterroso.
La pedalista reconoció que “el rendimiento fue bastante bueno, así que nos motivamos mucho y salíamos a entrenar mejor”, siempre acompañada por Silva. “Tuvimos varias carreras, y luego nos confirmaron que íbamos al Panamericano, así que el principal objetivo fue prepararse para eso” junto a Lara, una brasileña campeona Sub 23 en su país, y Vanesa Rolle, de Córdoba. “Entre las cuatro nos hicimos buena compañía”, confesó.
Tras el Panamericano, “ellas se volvieron y yo estoy acá”, dijo con un dejo de tristeza la sanducera, que reconoció que “me hacen un poco falta”, pero se conforma señalando que “es parte de este mundo del ciclismo, que a veces es cambiante, te vas encontrando con personas nuevas y hay que saber sobrellevar esos cambios”.
El Panamericano no fue como se esperaba, ya que se sufrió mucho el cambio de clima y el haber entrenado con gripe la semana anterior. Para completarla, llegó a Brasil y el cambio de temperatura hizo su trabajo.
“Estaba mal, pero no fui la única que estaba así. No me sentía bien en esa prueba de ruta. Es la realidad, ahora lo digo pero en ese momento estaba muy triste, enojada. Pero son cosas que a veces pasan”, contó. Pero si bien “no rendí lo que esperaba, no fue mi mejor carrera, al mismo tiempo quedé contenta por mis compañeros, porque Paola entró novena y Agustina Reyes quinta”.
Después hubo que volver a cruzar el Atlántico. A sumarse otra vez al equipo en Galicia, una ciudad que “me encanta, y si bien no se parece en nada a Uruguay por el terreno, la gente a veces me recuerda mucho a la nuestra porque es muy cálida y eso es lindo tenerlo cuando estás lejos de casa”.
Luciana contó que adaptarse al terreno (“pasás de un terreno al otro”), porque “mientras acá es difícil encontrar una parte llana, en Uruguay es difícil encontrar una subida”, pero pudo adaptarse rápidamente.
Volver a España tras ese torneo con la selección significó retornar a la Copa España, luego de que costara un poco volver a la rutina. “Corrí en Navarra y rendí bien, quedé contenta”, aseguró.
Ahora queda por delante una carrera de la Copa España, el 13 de julio, pero la idea es competir previamente en la Vuelta de Portugal, competencia por etapas de cinco días.
“Se disfruta mucho entrenar ahora con los días lindos. Serán los últimos porque me queda menos de un mes para estar acá”, reconoció. Pero también dijo que tiene planes y no se quedará quieta.
Por lo pronto, “estaré unos pocos días en Uruguay con la familia porque iré a San Juan para participar de un Campus de Pista al que me invitaron. Tengo muchas ganas porque este año no hice pista, solo ruta, y me encanta. Poder aprovechar el velódromo de madera de San Juan, que es espectacular, entrenando dos semanas ahí, va a ser buenísimo”.
Después será tiempo de volver con la familia, pensar en el Nacional de setiembre y después evaluar “qué carreras aparecen”, pero siempre “con miras de tratar volver a España el próximo año, porque me gusta mucho correr y entrenar acá”.


