Escribe la Dra. Andrea Valiente (Dra. en Derecho y Ciencias Sociales. Diplomada en Derecho Deportivo / Género y Políticas Públicas. Máster Internacional en Derecho del Fútbol SLI).
La final de la Copa América entre Argentina y Colombia con incidentes en el ingreso fue transmitida por el periodismo argentino. Hinchas que se colaron, otros que no podían ingresar fueron reprimidos con táser (arma de electrochoque para incapacitar a una persona mediante descargas eléctricas) y el comienzo retrasado de la final con problemas de seguridad y falta de prevención en Miami.
Hombre que no tuvo pelos en la lengua fue Marcelo Bielsa. De loco nada, de solidario mucho. Si nos enteramos de la gravedad de los incidentes en la tribuna ocurridos al finalizar el partido entre Uruguay y Colombia fue por José María Giménez, que sorprendió con sus declaraciones en la trasmisión.
Bielsa “un claro ejemplo didáctico de lo que debe hacer un director” dijo una profesora conocida. Lo menciono porque Bielsa no se limitó a cumplir su rol (técnico- táctico): fue además solidario con sus jugadores. Pero fue aún más allá, lo hizo con pasión y demencia de quien conoce la lógica del sistema donde está inserto; orden normativo piramidal y jerarquizado.
De Bielsa no sorprende, ya ha dado muestras sobradas de moral. El periodismo uruguayo que estaba transmitiendo desde el Norte (al menos el que estaba escuchando) relataban los hechos sucedidos como mensajes envasados: “al que le quepa el sayo, que se lo ponga”.
Fue Bielsa que a través de una reflexión crítica a la pregunta si temía por sanción a los jugadores, realizada en rueda de prensa, respondió saliendo del sistema piramidal y sorprendió.
¿Cuánto cuesta pensar en el sistema? ¿Cuánto cuesta hacer preguntas con sentido? ¡Cuánto cuesta recibir respuestas no parametrales! Cuando ser parametral conlleva la reproducción del sistema sin problematizarlo ni ponerlo bajo sospecha. Ya lo dijo en su momento Ángel Cappa: “Entender que la presión depende en gran medida de la organización y no tanto de la intensidad, como se cree. Es fundamental la solidaridad en esa organización”, aunque cueste un “táser”.
(La referencia al masculino genérico comprende al género femenino u otro en forma indistinta)