La. ‘A expectativa de Jacinto Rivero era enorme: el ultramaratonista sanducero estaba a punto de alcanzar su sueño, participar nada menos que en el Spartatlón, en Grecia, uniendo Atenas con Esparta, recorriendo nada menos que 246 kilómetros.
La clasificación estaba alcanzada, y tuvo suerte este año dado que fue favorecido por el sorteo que define cuáles son los atletas que formarán parte de cada edición. Y la preparación para competir el 28 de setiembre estaba bien encaminada.
Pero la salud está primero. Y Jacinto Rivero, tras ser sorprendido por un angioma cavernoso en el cerebelo, deberá pasar por quirófano así que el sueño del Espartatlón seguirá latente y deberá esperar, seguramente, al año que viene.
Rivero estaba oficiando de árbitro de fútbol, en este caso de asistente en Guichón, cuando no se sintió bien. Se dio cuenta que el cuerpo se le iba para el costado derecho. “Pensé que era cansancio, porque había metido 30 kilómetros a la mañana” en medio del entrenamiento para su gran objetivo en Grecia, contó a Chicos las Pelotas.
Pero durante el segundo tiempo el malestar empeoró. Y tras el partido y mientras se trasladaba a nuestra ciudad, los vómitos no lo dejaron en paz.
La situación no mejoró, así que hubo consulta médica y tras una serie de estudios se llegó al diagnóstico. “Hoy no tengo equilibrio total en el cuerpo”, explicó. Pero lo cierto es que el objetivo del Espartatlón quedará un poquito relegado, ya que ahora tiene prioridad la otra meta, que es recuperarse para después volver a pensar en su pasión.
“Me amargué mucho, pero ya comencé a fijarme objetivos”, dijo el ultramaratonista, árbitro de fútbol y profe de matemáticas. Grecia lo esperará, seguramente, el año que viene. Pero primero, lo primero.